Yo nunca tuve miedo del Cantaa o de el Chichiricú (Guije) que se aparecia de noche en el charco de los Hernandez en la Cuchillas de Moca, un pueblo humilde que fue formado por campesinos y próceres muchos siglos atrás. Pero muchas tardes me presigna cuando iba al pozo con mi querida madrecita, Mame, que en el cielo en paz descanse, y a lo lejos escuchábamos ruidos de guijos o maracas. Ella me tomaba de la mano mientras en la otra llevaba un balde para recoger el agua.  Su balde tenia una soga en lugar de mango, por que este se le había roto. Ella lo despitaba en el suelo y me acercaba a su falda de flores, “viste hijita, por eso no se debe ir a buscar agua o banarse en los rios o charcos en el anochecer, ya que una vez te coje la noche casi siempre aparece un Cantaa o Guije y te pueden matar de un susto y hacerte travesuras. Recuerda, nunca busques al duende feo, travieso y malo ese, por que no sabes lo que te espera.” “No, Mame, jamas haría eso” yo le respondía, “Si algun dia me encuentro un Chichiricú o escucho sus maracas y ruidos de guiros o guijos de cerca, le caigo a pedradas, a pedradas no, pe~nones digo! Y luego me lanzo a correr. Patitas pa’que las quiero y no hay alma perdida que me alcance.”

Mame me abrazaba, lanzando unas carcajadas divertidas y recojia su balde del suelo. Ambas tomadas de la mano hibamos por la cuesta abajo cantando en baja voz,

“MADRE OYEME
Madre óyeme, mi plegaria es un grito en la noche
Madre guíame en la noche de mi juventud

Madre sálvame, mil peligros acechan mi vida
Madre lléname, de esperanza, de amor y de fe.

Madre guíame, en las sombras no encuentro el camino
Madre llévame, que a tu lado feliz estaré…

Madre una flor, una flor con espinas que es bella
Madre una amor, un amor que ha empezado a nacer

Madre sonreír, sonreír aunque llore en el alma
Madre construir, caminar aunque vuelva a caer.
Madre solo soy el anhelo y la carne que lucha
Madre tuyo soy, en tus manos me vengo a poner

Madre óyeme, mi plegaria es un grito en la noche
Madre guíame en la noche de mi juventud…

Sobre los Güijes:

“Sobre los Güijes hay muchas leyendas. Se habla de un negrito cabezón, feo, con una gran boca, ojos saltones y el pelo enmarañado. El Guije supuestame es un duende protector de las plantas y animales del monte, que impone severos castigos a quienes maltratan la naturaleza. Cuenta la leyenda Cubana que que pueden devororar personas y animales, o los matan de un susto. Se dice que ellos andan desnudos y se esconden en los montes y rios y muchos campesinos aseguran con sus propios ojos, les llaman haberlos vistos que solamente de noche salen los Güijes a asustar al caminante. Se dice que son muy traviesos, frescos, y enamoraos.” “si andan cerca de un río de noche y el aire se llena de burbujas y sienten un sonido como el chiquichiquichá de las maracas es que hay algún chichiricú que se prepara para su próxima travesura.”

Yo crei haber visto uno entre los matojos en mi nines, pero solamente sali corriendo y el Cantaa como mi mami le llamaba al Guije, no me pudo alcazar, gracias a la Virgencita y a mi nino Jesus que siempre cuido mis pasos vagabundos y aventureros. So si ven a un Guije de tarde o de noche no traten de enfrentarlo por que pueden ser muchos, mejor corran que esos diablillos duendes tienes sus manas y encantos que la majia del bosque y la luna llena les da. Suerte en sus andadas, caminatas, y paseos nocturnos.

Chichiricúuuuuu!….Se oyo a lo lejos Pshhhhhh Chichiricúuuuuu….

El Guije!, El Guije pelú! Corran!….

FIN

Cuento corto por Evelyn Rodriguez

I’m Evey

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